jueves, 1 de febrero de 2018

NOVATA 3

BUENOS DÍAS, DOLOR

En este proyecto de aprender a querer lo que hacen los demás, a comprender que uno tiene delante a un ser maravilloso con sus imperfecciones, siempre valioso como ser humano, comienzo el día uno de febrero con un cita que recoge el anhelo de cualquier persona a ser reconocido y apreciado desde las caricias y el acogimiento.
Entre el dolor y la nada, elijo el dolor. Las palmeras salvajes de William Faulkener.
El porqué traigo este asunto del dolor tiene su motivo. ¿A quíen no le duele algo cuando se levanta por la mañana?: una mala postura, puede ser la causa; un mal sueño, también nos puede incomodar; un pensamiento sobre lo que nos depare el día, es posible que nuble nuestra mente.

En concreto, hoy me he levantado con dolor de garganta y recuerdo que anoche me sentí molesta sin darle mayor importancia. Y tras el desayuno, al ponerme a leer los borradores que tengo en lista de espera para actualizar, me encuentro con un vídeo interesante.
¿Cooperar o Competir? La economía de las caricias. Alex Rovira.

Mientras le escucho, me trae recuerdos, y abro uno de los cajones de mi escritorio (afortunadamente, clasificado en un desorden ordenado); busco un artículo que escribí en octubre de 2008, para la entonces revista Babía.

Extraigo ahora algunos párrafos de aquellas colaboraciones "Crecer Mejor" que nacen de uno de mis libros "Inteligencia emocional y social en el aula" editado por Brief en 2007.

Volver a la rutina con inteligencia emocional.
La comunicación positiva es clave para adoptar conductas inteligentes.

El dolor, como tema de hoy, ofrece una señal de atención al cuerpo desde el corazón y la mente. Tranquilizar el corazón desde la atención a los menajes que pronunciemos, es una manera inteligente de proceder para uno mismo y, sin duda, produce efectos positivos en el entorno.

Todo esfuerzo orientado hacia la ternura, tiene como recompensa la armonía en las relaciones personales.

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