sábado, 10 de diciembre de 2016

POTENCIA TU MENTE

Finaliza otro año y las mejores intenciones deseadas dan paso a... LA VIDA

Mientras la sangre corre por las venas mantenemos en activo un verbo 'entrenar' que cada persona conjuga en función de sus apetencias y necesidades.
Algunos se entrenan para potenciar su musculatura; otros lo hacen para ser líderes; los hay también que entrenan para lucir palmito; etc. Los que peinan (peinamos) canas ponen énfasis en no alejarse de la vida.
También eso que llamamos mente precisa de entrenamiento, aunque da cierta pereza reconocerlo. Cierto es que cada día tiene su afán, y esto nos sitúa en fase entrenamiento­permanente de apariencia involuntario.
A poco que observemos a un pequeño en la cuna, le vemos crecer en atención permanente a los estímulos que le rodean. Si algo aparece en su espacio mira primero, luego intenta tomar medida y, finalmente, repite la acción hasta que 'domina' la respuesta.
En ese afán de dominio de la situación, vamos creciendo entre luces y sombras sin llegar a reconocer la aparente realidad... 'YOMISMO'.
Entrenarse para ser uno mismo forma parte de la vida; por ejemplo: si practico un deporte sin conocer las características que conforman mi estructura física, puede que me lesione con facilidad y también es posible que no desarrolle el potencial que me acompaña.
Son muchos y estupendos los ejemplos que nos llegan desde las llamadas redes sociales, en cuanto al óptimo desarrollo personal del adulto se refiere. Pero sigue siendo el entono familiar quien establece diferencias del progreso o deterioro de la persona en el transcurso de su vida.
Los relatos que vemos en las pantallas, que leemos, que escuchamos, forman parte del 'yomismo'. Es difícil sustraerse al relato del entorno que interiorizamos si no somos capaces de salir de la pecera ideológica que nos sirve de sustento sin entrenamiento.
¡Ah! Claro. La comodidad nos mantiene en la pecera. Y desde ese medio acomodado nos ponemos a dar lecciones de vida señalando o, lo que es peor aún, discriminando a las personas.
No poseo información suficiente para tratar tema alguno que no se vea salpicado por mi 'yomismo' lo sé y cargo con ello. Pero el lema de mis relatos comprende­comparte me lleva hoy a mostrar algunas ideas conocidas en las que pienso entrenarme el próximo año... ¡EN SERIO!


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